Los incendios forestales y sus consecuencias en los bosques
Existe la perjudicial costumbre de incendiar el bosque al finalizar la época de sequía. Se dice que el fuego mejora la condición de los pastizales, lo cual es incorrecto.
El fuego daña la raíz del pasto y los arbustos, y es sólo ilusión óptica la aparente abundancia de vegetación que parece advertirse cuando, después del incendio, se destaca el verdor del pasto nuevo entre los restos de hierba chamuscada, además de que el fuego mata a las bacterias y a otros animales propios del ecosistema del bosque, los cuales tardan incluso siglos en estabilizarse.
Siguiendo esa práctica absurda, en muy pocos años el bosque queda destruido. La mayoría de los cerros que hay ahora sin vegetación se deforestaron de esa manera. Da click en los dos botones para conocer más sobre este fenómeno.
El fuego impide los renuevos naturales y artificiales.
Los árboles grandes acaban por carbonizarse y ser fácil presa de las llamas.
A esto se le agrega la intensa radiación que acompaña a la época de sequía.
Los pastos y arbustos pierden su jugo y con ello el valor alimenticio que tienen para el ganado.
Estos pastos son reemplazados por pastos duros con bajo aporte alimenticio, los dueños del ganado notan que éste enflaquece, y siguen aferrados a la inútil esperanza de mejorar los pastizales indendiándolos ignorando el daño que están haciendo al acabar de esta forma con los pastizales.
Después, el ganado vacuno cede el puesto al ganado caprino que termina por destruir todo.
Con todo esto se inicia la erosión de la tierra, teniendo dentro de 10 años un desierto donde antes había bosque, pastizales y prosperidad.